Razones teológicas por las que las mujeres no deben enseñar en la congregacion cristiana


RAZONES TEOLOGICAS DEL PORQUÉ LAS MUJERES NO PUEDEN ENSEÑAR EN LA CONGREGACION CRISTIANA por Francisco Ramón Miranda




Preámbulo

En la Roma imperial del siglo I las hijas tenían derecho a heredar y recibir herencia al igual que los hijos1 por lo que muchas mujeres libres se dedicaban al negocio (las esclavas eran propiedad de su dueño), también ejercían como calígrafas, escribas, nodrizas, actrices y comadronas, pero no se les permitía ocupar cargos en la administración pública. Podían comparecer ante los tribunales e incluso ejercer el derecho como profesión2. El divorcio era permitido, podía ser unilateral y era relativamente fácil3. Las mujeres libres eran ostentosas, se pintaban el cabello o usaban peluca, se maquillaban la cara y alrededor de los ojos, se adornaban con pendientes, collares y anillos4. La prostitución era ejercida tanto por mujeres libres como por esclavas5.

Introducción

El apóstol Pablo vivió, evangelizó, fundó iglesias, escribió sus epístolas y murió en territorio del imperio romano del siglo I. Era conocedor de las escrituras del Antiguo Testamento y también conocía la vida y obra de Jesucristo por testimonio oral o por documentos de su época, aunque es poco probable que haya conocido los evangelios sinópticos de Marcos y Mateo ya que éstos se escribieron alrededor del tiempo de su muerte (ocurrida en la década de 60-70 en la ciudad de Roma o sus alrededores), los otros dos evangelios fueron escritos después de su deceso. De modo que el apóstol Pablo seguramente estaba familiarizado con la historia de Débora del capítulo 4 del libro de Jueces, con el encuentro de Jesús con la mujer samaritana que había tenido cinco maridos (Juan 4:5-26)[*], con el hecho de que María Magdalena junto con otras damas creyentes, de su propio peculio, proveyeron albergue y comida para Jesús y sus discípulos (Lucas 8:1-3), y con la historia de la mujer adúltera (Juan 8:3-11) a quien Jesús no condenó.

En sus tres viajes misioneros, Pablo evangelizó a varias mujeres, algunas de las cuales cooperaron en la fundación de las iglesias a las que el apóstol luego escribió varias de sus epístolas. Sin embargo, en ocasiones las mujeres le rechazaron e incluso le echaron de Antioquía de Pisidia en su primer viaje misionero (Hechos 13:50). En Filipos (Grecia) Pablo fundó su primera iglesia en Europa, ayudado por una dama llamada Lidia, originaria de Tiátira, quien era financieramente independiente, la cual fue bautizada junto con su familia (Hechos 16:14-15).

Las cartas pastorales de Pablo (dos dirigidas Timoteo y una a Tito) seguramente fueron circuladas, leídas y estudiadas en las iglesias de Asia Menor ubicadas Éfeso, Laodicea, Esmirna, Filadelfia, Sardes, Tiátira y Pérgamo, las mismas iglesias a quienes el Jesús resucitado envió mensajes en el capítulo 2 del libro de Apocalipsis. Tanto las cartas de Pablo como los mensajes de Cristo a las iglesias son dirigidas a los pastores de las iglesias y tienen como tema la sana doctrina y la administración de la iglesia. En la segunda carta a Timoteo, Pablo alaba la obra encomiable de Eunice y Loida, madre y abuela de Timoteo respectivamente, en la formación cristiana de este amado discípulo; y en la carta a Tito, versículos 2:3,4 exhorta a las mujeres mayores a instruir a las mujeres jóvenes en cómo vivir la vida cristiana.

La Autoridad de Pablo

Pablo fue escogido por el mismo Jesús resucitado para llevar su mensaje de salvación a los gentiles (Hechos 9:15), hecho que Pablo recuerda a sus lectores en varias de sus epístolas como en Gálatas 1:15, Colosenses 1:24-29, y en 1 Timoteo 1:1, 1:12, 2:7. En 1 Corintios 14:36 nos recuerda que lo que él (Pablo) nos ha enseñado son los mandamientos de Dios.  El apóstol también nos recuerda que fue dirigido en su misión por el Espíritu Santo (Hechos 16:6-10).

La Participación de la Mujer en la Congregación

Tal como hemos venido discutiendo desde el Preámbulo, las mujeres del siglo I en el imperio romano tenían la misma libertad que tienen en nuestros días en los países occidentales (aunque no la misma protección legal) excepto que no ocupaban cargos públicos. De modo que quienes aducen que los versículos de las epístolas paulinas que específicamente tocan el tema de la participación de la mujer en la congregación no son aplicables en nuestros días, solo pretenden nublar el entendimiento de quienes los escuchan. Igualmente, quienes sostienen que las epístolas que contienen dichos versículos fueron escritas para resolver ciertos problemas puntuales en las iglesias a que iban dirigidas, erran porque dicha enseñanza es de aplicación universal, tal como lo veremos más adelante. 

Tanto el apóstol Pedro como el apóstol Pablo abordan el tema de la sujeción de la esposa cristiana a su esposo (1 Pedro 3:1; Efesios 5:22; Colosenses 3:18) del mismo modo que la iglesia está sujeta a Cristo (concepto universal e imperecedero), pero solo Pablo aborda específicamente el tema de la participación de la mujer en la congregación cristiana en dos de sus epístolas, 1 de Corintios y 1 de Timoteo, en las cuales cimenta sus ordenanzas al respecto con razones teológicas sólidas, tal como veremos a continuación. Es preciso mencionar aquí que en las iglesias recién fundadas del siglo I no se habían establecido rutinas para los servicios religiosos como las que existen hoy, tales como la misa católica, los servicios de alabanza seguidos de sermones de las iglesias protestantes, o los servicios con separación de hombres y mujeres que practican algunas denominaciones. En las reuniones de aquel entonces se predicaba el evangelio y se enseñaba la doctrina cristiana al mismo tiempo, por lo que eran comunes los debates entre cristianos y judaicos. Tampoco existía la Biblia como la conocemos hoy, la mayoría de los eruditos solo conocían el antiguo testamento, el canon actual fue aprobado a comienzos del siglo V y no era de dominio popular ya que la imprenta fue inventada hasta casi mediados del siglo XV. Otro hecho importante es que la epístola a los Gálatas, que aborda el tema de la preeminencia de la gracia sobre la ley (Gal 5), fue escrita varios años antes que 1 Corintios y más de diez años antes que 1 Timoteo. Aclarado esto, veamos los versículos que contienen las ordenanzas paulinas:

I Corintios 14:34 “Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.” En nuestros días muy poco se participa durante los servicios religiosos, de modo que esa parte no precisa aclaración. En cuanto a que estén sujetas en la congregación, deben estarlo a sus maridos si lo tienen o si son solteras deben sujetarse al expositor, lo cual se hace también en nuestros días. Sin embargo, la última parte de este versículo contiene la frase porque también la ley lo dice, o sea que no es solo por mantener el orden, sino que hay una ley divina que manda que la mujer esté sujeta al varón, sea su marido o la autoridad de la iglesia. La ordenanza se repite en 1 Timoteo 2:11 “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.” Pero ¿a qué ley se refiere Pablo? Antes de responder, veamos otra ordenanza muy discutida en nuestros días.

I Timoteo 2:12-15 “12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 13 Porque Adán fue formado primero, después Eva; 14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. 15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.

El versículo 12 repite que se debe estar en silencio, pero la primera y la segunda oración tajantemente dicen que no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre[†]. ¿Por qué? En el versículo 13 Pablo, al igual que lo hizo Jesús cuando le preguntaron sobre el divorcio (Mateo 19:8), regresa al principio, a la creación de la primera pareja, o sea al diseño original de Dios (recordemos que Dios dice que su palabra no regresará a Él vacía, o sea que su palabra una vez pronunciada es de obligatorio cumplimiento, ver Isaías 55:11). Aquí está la respuesta: porque el hombre fue formado primero, luego la mujer. Pero esto, ¿qué tiene que ver con la participación de la mujer en la congregación, con ensañar, y con que no debe tener autoridad sobre el varón? ¡Vamos a descubrirlo!

Por los descubrimientos genéticos sabemos que el ser humano, al igual que los animales superiores, tienen 23 pares de cromosomas. Las mujeres tienen 46 cromosomas X (llamados así por su forma), mientras que los hombres tienen 44 cromosomas X, pero el último par, llamado el par sexual, está formado por un cromosoma X y un cromosoma Y. Al momento de la concepción, si el varón aporta un cromosoma X, nacerá una niña y si aporta un cromosoma Y nacerá un niño. De modo que el hombre contiene a la mujer, no la mujer al hombre6. O sea que el primer hombre ya contenía a la primera mujer por diseño divino, por eso la mujer salió del hombre. En el capítulo 16 de Levíticos Jehová Dios manda a que se sacrifique un macho cabrío, no una hembra, por razones similares a las expuestas aquí por Pablo.

Según el diseño divino, el varón es la cepa, la fuente, y la mujer el retoño, por eso Jehová puso al varón a cargo del jardín del Edén y eso no ha cambiado a pesar del pecado y de que somos una generación de seres caídos. Este es el significado de la frase que usa Pablo cuando dice porque Adán fue formado primero, después Eva para declarar que en la casa de Dios se debe mantener el orden que Dios estableció desde el principio cuando puso a Adán a cargo del Jardín del Edén. Continúa después con la frase Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Aparentemente esto tampoco tiene que ver con el orden jerárquico establecido por Dios, pero el juicio y la sentencia por el pecado emitida por Jehová Dios en el jardín del Edén sí tienen mucho que ver. Vayamos al libro de Génesis:

Gen 3:16 “A la mujer dijo: multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.” La penúltima frase tu deseo será para tu marido no tiene connotación sexual, más bien tiene el sentido de anhelar, desear, lo que el hombre es, lo que hace y lo que tiene (ver concordancia de Strong # H8669). La última frase él se enseñoreará de ti tiene el sentido de dominio, el tendrá dominio, autoridad sobre ti (Strong # H4910), no porque es más fuerte o porque puede hacer más cosas, sino porque Jehová así lo establece.  A esto se refirió Pablo con la frase como también la ley lo dice en 1 Corintios 14:34 que vimos anteriormente, ya que esta sentencia por el pecado tiene validez universal y no cesará hasta que llegue el fin del mundo, tal como lo entendió Pablo.

En el segundo capítulo del libro de Apocalipsis, en el mensaje a la iglesia de Tiátira (la iglesia corrupta), una de las siete iglesias del Asia Menor donde seguramente se dio a conocer la primera carta de Pablo a Timoteo, en el versículo 2:20, el Cristo resucitado valida el mandamiento paulino de que las mujeres no pueden enseñar en la congregación.  Veamos lo que dice Apocalipsis 2:20:

Apocalipsis 2:20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.” (el subrayado es mío). En el original griego entre enseñe y seduzca esta la conjunción και que significa "y”, además, la frase está en la forma verbal activa, o sea que las dos acciones, enseñar y seducir, están ocurriendo en esa iglesia. Algunas traducciones eliminan la conjunción mencionada para cambiar el sentido de la frase y dar a entender que las mujeres pueden enseñar, pero no cosas erradas, cayendo en la condenación contenida en Apocalipsis 22:19 que dice “Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”  Revise su Biblia.

De modo que la prohibición bíblica a la mujer de enseñar en la congregación cristiana es de aplicación universal e incluye a los institutos bíblicos, a las clases dominicales en las iglesias y a los estudios bíblicos en los hogares ya que todos ellos son una extensión de la congregación eclesiástica.  

El versículo 2:15 de 1 Timoteo trae buenas noticias para las madres ya que les alienta al decirles que, si permanecen en la fe de Cristo, en santidad y amor, en modestia (sin ser orgullosas por su belleza o por su dinero), la maternidad les será contada por obediencia a Dios o por justicia.

A manera de nota final diré que muchas de las mujeres que enseñan en iglesias cristianas son lindas personas, talvez bien intencionadas, que creen que están haciendo una buena obra para impulsar el evangelio. Sin embargo, debo señalar también que la transgresión a la sentencia edénica de Génesis 3:16 no está cubierta por la cruz del calvario ya que es materia juzgada; por tanto, su transgresión le será tomada como obra a la persona en el juicio final, pero no como una buena obra, tal como lo establece el mismo apóstol Pablo en 1 Corintios 3:11-15, aunque la persona no perderá su salvación (versículo 15). En este contexto la palabra fuego se usa para discriminar las buenas obras de las malas; así las obras de oro no se quemarán, pero las de hojarasca sí. Igualmente, los redimidos pasarán también una prueba de fuego para determinar su valor: “Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (1 Corintios 3:15).

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1.       Frier, Bruce W.; McGinn, Thomas A. J. (2004). A Casebook on Roman Family Law (en inglés). Oxford University Press, Paginas 19 y 20

2.       Bauman, Richard A. (1992). Women and Politics in Ancient Rome (en inglés). Routledge, Página 50.

3.       Watson, Alan (1995). The Spirit of Roman Law (en inglés). University of Georgia Press, Página 173

4.       Assa, Janine (1960). The Great Roman Ladies (en inglés). Grove Press, Página 65.

5.       McGinn, Thomas A. J. (2004). The Economy of Prostitution in the Roman World. A Study of Social History and the Brothel (en inglés). University of Michigan Press, página 52

6.       Angier, Natalie (1999). Woman (en inglés), Mariner Books, páginas 20-23

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Copyright © 1997 by Francisco Ramón Miranda

Nota del autor: Este documento no puede ser alterado sin permiso expreso del autor. Sin embargo, puede ser reproducido y distribuido libremente en su forma original. 



[*] Todas las citas bíblicas son de la versión RVR1960
[†] Ni ejercer dominio sobre el hombre, en el original griego la frase puede tener el sentido de “usurpar la autoridad del hombre” 

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